¿qué pude el arte en nuestros tiempos ?

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Dec 9, 2014 | Uncategorized

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Este texto foi escrito para dois projetos que envolviam arte, espaço e território ao mesmo tempo. O curso EAD da Inspire em parceria com o Indisciplinar que aconteceu no segundo semestre de 2014 denominado Espaço e Arte: uma situação política no século XXI e depois o traduzimos, eu e Augustín Arosteguy, para participar do projeto da equipe da Laagencia de Bogotá que se chama Escuela de Garaje que teve este ano o tema do Comum.

¿QUÉ PUEDE EL ARTE EN TIEMPOS DE CAPITALISMO COGNITIVO?

1.INTRODUCCIÓN

Las políticas públicas neoliberales, impuestas por el Estado-capital sobre el territorio urbano, configuran evidencias claras de cómo las ciudades se vienen tornando un palco de disputa territorial. Si la fábrica configuraba el campo de explotación del trabajo hasta los años 70, actualmente el Estado-capital extrae la plus-valía en todo el espacio. En tiempos de capitalismo cognitivo, en el cual la tendencia de la producción cotidiana en el mercado viene construyendo redes de trabajo direccionadas para sectores creativos y sociales, las biopolíticas implementadas van consolidando una dinámica de producción compleja del espacio, realizando procesos de exclusión social en diversos niveles. Comprender estas nuevas estrategias de políticas territoriales es fundamental para mapear los campos de lucha más importantes en nuestras ciudades.

Lo que está en disputa, a partir de los movimientos multitudinarios iniciados desde 1999 en Seattle, y que ganaron fuerza en Brasil a partir de junio de 2013, es, principalmente, lo urbano. Urbano aquí entendido como un amplio plató que envuelve las acciones en el espacio-tiempo (públicos, privados, comunes) disolviendo la noción dicotómica ciudad x campo, calle x red, casa x trabajo. Según Hardt y Negri, en un texto intitulado Metrópolis, la metrópolis es para la multitud lo que la fabrica era para la clase operaria industrial, lo que podría inducirnos a pensar en las metrópolis como territorios conectados en los cuales las acciones biopolíticas y de control de los cuerpos y de las especies se dan con mayor intensidad. Al mismo tiempo, podríamos pensarlas como un lugar en cual la biopolítica de las resistencias primeras son también potentes, posibilitando encuentros que, a pesar de todas las estrategias para evitarlos, se dan con mayor énfasis en procesos constantes de contaminación. La metrópolis, para Hardt y Negri,

“podría ser considerada en primer lugar el esqueleto y la espina dorsal de la multitud, es decir, el entorno urbano que sostiene su actividad y el entorno social que constituye un depósito y un repertorio de habilidades en el terreno de los afectos, las relaciones sociales, las costumbres, los deseos, los conocimientos y los circuitos culturales (…) la metrópolis es la sede de la producción biopolítica porque es el espacio del común, de las personas que viven juntas, compartiendo recursos, comunicando, intercambiando bienes e ideas.” (HARDT y NEGRI, 2009:255-256)

Pero sabemos que, la metrópolis es también el lugar, por excelencia, de la expropiación de este común producido en el encuentro y en la creación de las nuevas formas de vida y de lucha. En tiempos de Brasil mayor[1], séptima economía mundial, granero para oportunidades de expansión del capitalismo global, se vuelve cada día más evidente que es en la metrópolis (más allá de la explotación de los bienes naturales comunes, como minerales y petróleos) donde hay una tentativa de expropiación del común por el Estado-capital con mayor énfasis y violencia. Rio de Janeiro, São Paulo, Belo Horizonte, son ejemplos de ciudades globales elegidas como sede para grandes eventos y para sufrir grandes transformaciones territoriales vía proyectos urbanísticos neoliberales a gran escala, y se han convertido, al mismo tiempo, en granero de luchas urbanas y de resistencias radicales, conformando cuerpos insurgentes multitudinarios que vienen expandiéndose y contaminando, no solamente los grupos políticos oficiales y no oficiales ya existentes, pero trayendo para dentro de las luchas a artistas, pensadores, profesores universitarios, grupos organizados y desorganizados de las villas, abogados, e, inclusive, políticos de izquierda que acaban viéndose presionados para asumir luchas desconfortables políticamente.

En esta coyuntura política de revueltas conectadas en red: ¿Qué puede el arte?

2.CAPITALISMO COGNITIVO Y BIOPOLÍTICA EN LA METRÓPOLIS CONTEMPORÁNEA

El sistema capitalista global contemporáneo, que conecta Estados y empresas, puede ser también denominado de Imperio o neoliberalismo. A diferencia del capitalismo fordista, en el cual la plus-valía era prioritariamente explotada vía la fuerza de trabajo en las fábricas, actualmente se da vía capital en expansión dirigiendo la explotación para todo el territorio metropolitano, dentro y fuera de las fábricas. Además, el tiempo de trabajo destinado a la producción del capitalismo industrial, se refería al tiempo de la jornada oficial de las leyes laborales. Actualmente, el tiempo de explotación del capitalismo pos-fordista, imperial, neoliberal, ocupa todo el tiempo de nuestras vidas. La explotación capitalista actual pasa por la captura de los deseos y en este sentido todo un sistema simbólico abduce la subjetividad y nos vuelve trabajadores y consumidores obedientes, dentro de un sistema capitalista financiero, asistimos al surgimiento de un nuevo hombre: el hombre endeudado. Además, vemos configurar (vía Estado-capital) la construcción de sujetos dóciles (propios de la sociedad disciplinar en que el control incidía – y aún incide – directamente sobre los cuerpos), estamos inmersos en prácticas de control más sutiles y flexibles, una toma de la subjetividad que nos torna controlados biopolíticamente. Según David Harvey,

“el neoliberalismo es en primer lugar una teoría de las prácticas político-económicas que propone que bienestar humano puede ser más bien promovido liberando las libertades y capacidades emprendedoras individuales en el ámbito de una estructura institucional caracterizada por solidos derechos a la propiedad privada, libres mercados y libre comercio. El papel del Estado es crear y preservar una estructura institucional apropiada a estas prácticas; el Estado tiene que garantizar, por ejemplo, la calidad y la integridad del dinero (…) el neoliberalismo se tornó hegemónico como modalidad de discurso y pasó a afectar tan ampliamente los modos de pensamiento que se incorporó a las maneras cotidianas con las cuales muchas personas interpretan, viven y comprenden el mundo. El proceso de neoliberalización, mientras tanto, provocó mucha destrucción creativa, no solamente de los antiguos poderes y estructuras institucionales (llegando a desestabilizar las formas tradicionales de soberanía del Estado), pero también de las divisiones de trabajo, de las relaciones sociales, de la promoción del bienestar social, de las combinaciones de tecnologías, de los modos de vida y de pensamiento, de las actividades reproductivas, de las formas de relación con la tierra y con los hábitos del corazón.” (HARVEY, 2012:12-13)

Para Hardt y Negri (2001), este sistema neoliberal que actúa en la lógica imperial en contraste con el imperialismo, no establece un centro territorial de poder, ni se basa en fronteras o barreras fijas pues es un aparato de descentralización y desterritorialización global “que incorpora gradualmente el mundo entero dentro de sus fronteras abiertas y en expansión, ya que el Imperio administra entidades híbridas, jerarquías flexibles y permutas plurales por medio de estructuras de comando reguladas.” (HARDT y NEGRI, 2001:12-15)

Pero este sistema global enredado por el Estado-capital, basado en la democracia representativa, en el cual nos deparamos con el Imperio, no debería, de modo alguno, según los autores, dejarnos nostálgicos de las antiguas formas de dominación, porque esta transición para el Imperio y sus procesos de globalización y mundialización conexionista, nos ofrece nuevas posibilidades de redes insurgentes que posibilitan la ampliación de las luchas por la liberación. Estas singularidades globales que van surgiendo como resistencia al neoliberalismo vienen tejiendo una nueva forma de lucha que envuelve lo que llaman de multitud. Para los pensadores estas fuerzas creadoras de la multitud que sustentan el Imperio son capaces también de constituir “un Contra-imperio, una organización política alternativa de flujos e intercambios globales. Los esfuerzos para contestar y subvertir el Imperio, y para construir una alternativa real, tendrán lugar en el propio terreno imperial.” (HARDT y NEGRI, 2001:12-15) Los autores afirman que es en la metrópolis que las nuevas configuraciones de resistencia se configuran con mayor intensidad, y en tiempos de producción biopolíticas en las cuales las fuerzas productivas que mueven el capitalismo pos-fordista, trabajando principalmente con ideas, afectos y comunicación, no están simplemente concentradas en las fábricas, pero si desparramadas por el terreno social urbano, o sea, por toda la metrópolis, lugar privilegiado donde las múltiples fuerzas residen e interactúan (HARDT y NEGRI, 2014).

De cualquier forma, para pensar el urbanismo y la producción del espacio en el sistema neoliberal imperial, es preciso estar atentos al arrebato del Estado por parte del capital, que ahora actúa desde adentro de los procesos políticos institucionales y por medio de mecanismos de gestión pública, generando políticas e instrumentos urbanísticos que hacen parte, muchas veces, del propio Estatuto de la Ciudad[2]. Actualmente, uno de los ejemplos más claros de esto, es el instrumento denominado Operación Urbana Consorciada[3], una especie de Alianza Público-Privada, que determina las reglas del juego para el uso y la construcción del espacio, generando territorios determinados por manifestaciones de interés del propio mercado, conformando territorios pre-definidos para inversiones y proyectos que generen plus-valía para el Estado a través de títulos[4]. Visiblemente un pasaje de las formas de explotación de la plus-valía que se daba en la fábrica en tiempos del capitalismo fordista, y ahora se da en el territorio urbano generando lucro vía renta, dentro de la lógica del capitalismo financiero pos-fordista o rentista.

Del punto de vista urbanístico, estas políticas públicas se dan en diversos niveles y, mismo cuando no hay un uso explícito de estos instrumentos neoliberalizantes, la lógica de las gestiones de las ciudades contemporáneas, tanto en el mundo como en Brasil, sea en los gobiernos de izquierda, sea en los gobiernos de derecha, es la lógica de ciudad-empresa, de la especulación inmobiliaria, de la gentrificación (ennoblecimiento y expulsión de los pobres que no consiguen vivir más en las áreas valorizadas), de las políticas de revitalización (substituyendo vidas pobres por vidas ricas y turismo), de las intervenciones utilizando equipamientos culturales (museos, bibliotecas, salas de concierto y afines), de la planificación estratégica que hace surgir nuevas centralidades urbanas para que el capital se expanda para nuevos territorios y pueda hacer circular recursos dentro del sistema constructoras-bancos. Estas lógicas encabezan el eje de la gentrificación de grandes regiones, principalmente, en los centros de las ciudades que ya detentan medios de transporte y servicios abundantes. Y, perversamente, en muchos momentos, es utilizando el discurso del arte y de la cultura, de la mejora del espacio, del embellecimiento y de la seguridad que el Estado-capital con su biopoder (poder sobre la vida) avanza por toda la ciudad expropiando los bienes comunes ya existentes o en proceso de formación.

Según Pelbart (2011), el biopoder está relacionado con el cambio fundamental en la relación entre poder y vida. En la concepción de Foucault el biopoder se interesa por la vida, por la producción, reproducción, control y ordenamiento de fuerzas. A él competen dos estrategias principales: la disciplina (que adiestra el cuerpo y dociliza al individuo para optimizar sus fuerzas) y la biopolítica (que entiende al hombre como especie e intenta gestionar su vida colectivamente). En este sentido, la vida pasa a ser controlada de manera integral, a partir de la captura por el poder, del proprio deseo de lo que de ella se quiere y se espera, y así el concepto de biopoder se expande para el concepto de biopolítica. Existe una dilución de los límites entre lo que somos y lo que nos es impuesto, en la medida que el poder alcanza niveles subjetivos pasando a actuar en la propia máquina cognitiva que define lo que pensamos y queremos. Según el autor: “nunca el poder llegó tan lejos y tan profundo en las ciernes de la subjetividad y de la propia vida, como en esta modalidad contemporánea del biopoder.” (PELBART, 2003:58), que podemos llamar de biopolítica.

En este contexto se debe al hecho del poder Imperial abarcar todo aquello que representaría el común en una estrategia biopolítica, o sea, expropiando los lenguajes, símbolos, imágenes, en fin, todos los medios compartidos por los individuos, a través de los cuales estos se tornan capaces de comunicarse y de, así, producir algo en sociedad. En tiempos de capitalismo cognitivo, creativo e inmaterial, la producción del común se basa en la colaboración y en los procesos creativos y afectivos que incorporan todos los niveles de la vida. Todo el tiempo es productivo y el común que compartimos sirve de base para la producción futura, en una relación expansiva. Para Hardt y Negri, esto tal vez pueda ser más fácilmente entendido en términos de la comunicación como producción, inclusive de afectos, pues solo podemos comunicar creativa y colaborativamente utilizando lenguajes, símbolos, ideas que constituyen nuevas imágenes, símbolos, ideas y relaciones comunes. Para los autores, hoy esa relación entre la producción, la comunicación y el común es la clave para entender toda actividad social y económica propia del capitalismo pos-fordista. (HARDT y NEGRI, 2005:256-257)

La ampliación de esta acepción de biopolítica adoptada por Hard y Negri sitúa el concepto como algo que sucede plenamente en la sociedad de control, en la cual el poder subsume toda la sociedad, sus relaciones sociales y penetran en las consciencias y en los cuerpos. De esta forma, las subjetividades de la sociedad son absorbidas en el Estado. Pero la consecuencia de esto es la explosión de los elementos previamente coordinados y mediados en las cual las resistencias dejan de ser marginales y se tornan activas en el centro de una sociedad que se abre en redes (HARDT y NEGRI, 2001:44). Esto significa que el poder desterritorializante que subsume toda sociedad al capital, en lugar de unificar todo, crea paradójicamente un medio de pluralidad y singularización no domesticable, incontrolable e incapturable. Asistimos a esta situación en Brasil, efectivamente y en gran escala, a partir de junio de 2013. La multitud que se formó, contaminando e hibridando diversas pautas libertarias y progresistas, viene creciendo y tomando nuevas formas a cada día. Para Pelbart (2003) o para Hardt y Negri (2001, 2005, 2009, 2014), esta inversión de sentido del término foucaultiano “biopolítica”, puede dejar de ser el “poder sobre la vida”, para tornarse el “poder de la vida”, lo que podríamos llamar también de biopolítica de la multitud o, según Pelbart (2003), biopotencia.

3.EL COMÚN COMO PROYECTO POLÍTICO CONSTITUYENTE DE LA MULTITUD

Las políticas neoliberales (mencionadas anteriormente), incorporadas al Estatuto de la Ciudad, que viene permeando todo el discurso político urbanístico en Brasil, se hacen presente desde las propuestas de revitalización de áreas centrales, pasando por el discurso de la mejora de las condiciones de movilidad urbana, y culminando en la construcción de nuevas centralidades en regiones periféricas abandonadas históricamente por el Estado. En todo el mundo, más visiblemente en algunos países que recibieron esta gran envestida del capitalismo Imperial como España y Grecia, hoy podemos asistir al estrago social y económico de estas políticas, que no son nada más que formas de endeudamiento del Estado y del ciudadano[5]. Con la promesa de desarrollo, obras de infraestructura, proyectos para mega eventos, construcción masiva de viviendas, crearon con eficacia un ejército humano de endeudados y fundieron el Estado. Estos movimientos multitudinarios en todo el mundo, como lo que ocurrió en el Parque Gezi en Turquía contra la construcción de un shopping center en lugar de una plaza pública, hace surgir una multitud enfurecida que percibe, de manera muy evidente, los mecanismos Imperiales del Estado-mercado que viene expropiando derechos garantizados constitucionalmente y transfiriendo los bienes comunes y la producción del común para el universo privado. Pero estas insurgencias ya prefiguraban una radicalización popular contra este Estado-capital globalizado desde Seattle, y algunos como Hardt y Negri, Lazzarato y Harvey, vienen trazando una cartografía de estas dinámicas del nuevo capital, y también de la rebeldía popular que emerge cuando se retira radicalmente el bienestar social defendido como base constitucional de países democráticos.

En 2012, Hardt y Negri (2014) escribiendo sobre los movimientos multitudinarios a partir de la primavera árabe en 2011, afirman que desde la década de 1990 este movimiento neoliberal Imperial avanzó inclusive sobre las democracias de izquierda de los gobiernos de algunos de los mayores países de América Latina, mismo cuando estos gobiernos habían llegado al poder gracias al apoyo de poderosos movimientos sociales – movimientos contra el neoliberalismo y a favor de la autogestión democrática del común ( lo que para nosotros en Brasil queda más claro a cada día). En muchos casos, esos gobiernos, a principio progresistas, promovieran grandes avances sociales, ayudando a vastos contingentes de populación a salir de la pobreza, abriendo posibilidades de participación democrática y rompiendo relaciones externas de dependencia muy antiguas, en términos de economía global, de mercado mundial y de imperialismo norte-americano. Mientras tanto, mismo cuando estos gobiernos están en el poder y, en especial, cuando repiten las prácticas de los antiguos regímenes, los movimientos sociales continúan en la lucha, ahora direccionada contra los gobiernos que afirman que los representan.

Dentro de la propia lógica capitalista de producción colectiva, colaborativa y en red, que es propia de la lógica del capitalismo pos-fordista, surgen también nuevas formas de colaboración y de hacer-con que recusan los mecanismos representativos de la democracia burguesa, mismo cuando están bajo las siglas de la izquierda. Estas resistencias asisten a la expropiación del común, desde los bienes comunes como el agua, los bosques, las plazas y parques, o hasta mismo la expropiación de la producción del común en procesos informales de los nuevos modos de vida que no caben en la lógica del Estado-capital. Para esta nueva generación conectada en redes múltiples que se superponen globalmente, la democracia representativa no corresponde más a la producción de los deseos por más derechos, o por una vida en la cual no se participa solamente de los procesos electorales garantizando plenos- poderes a los gobernantes. La crisis de la representatividad abarca una creciente necesidad por participación directa, por democracia real, por participación-decisión como palabras inseparables. Entonces, independiente de la crisis del capitalismo global, asistimos al surgimiento de una nueva ontología de lo precarizado propio de la multitud, configurada al mismo tiempo: a) por un hombre endeudado (LAZZARATO, 2014 o HARDT y NEGRI, 2014) completamente inmerso en el capitalismo financiero, que tiene su riqueza creativa expropiada constantemente por el flujo económico; b) por un hombre constituido por la lógica del hacer-junto, del hacer-con, creativa y colaborativamente.

Para Negri (2010) esta multitud posee también un nombre de singularidades no representables, que así como un concepto de clase, es siempre productiva y está siempre en movimiento. La multitud sería entonces, un actor social activo, una multiplicidad que acciona; sería también el concepto de una potencia que desconfía de la representación, y diferente de pueblo (que es una idea unitaria), la multitud es una multiplicidad singular. El pueblo constituía un cuerpo social, la multitud no, porque ella es la carne de la vida y, al contrario de la pura espontaneidad, es como algo organizado en un cuerpo sin órganos, fuera de la organización del aparato de Estado, o sea, es un actor activo de auto-organización, introduciéndonos en un mundo completamente nuevo, dentro de una revolución que ya está sucediendo. La multitud es para el autor, al mismo tiempo sujeto y producto de la praxis colectiva, así como también, cada cuerpo es multitudinario, o puede tornarse una multitud, formando redes y potencializando contaminaciones que desean libertad en la colectividad. La multitud es un monstruo hibrido, una legión, y un proyecto que se hace cruzando multitud con multitud, mezclando cuerpos operando el mestizaje y la hibridación, ya que el proprio cuerpo es trabajo vivo y recusa, maquinalmente la organización constante operada por el sistema capitalista, entonces, expresión y cooperación, en definitiva, el poder constituyente de la multitud es algo diferente, no es solo una excepción política, más bien es una excepción histórica, es un producto de una discontinuidad temporal, radical, metamorfosis ontológica, o sea, la multitud es un nombre ontológico de producción de resistencias activas contra sobrevivencias parasitarias que constituyen el engranaje de la máquina capitalista contemporánea (NEGRI, 2010).

Toda la estructura política de la modernidad occidental se construyó como política de la totalidad y de la universalidad, mismo las izquierdas marxistas que pretendían una crítica radical al proyecto burgués. Es decir, el movimiento de Seattle abrió una nueva posibilidad de creación de una política de la multiplicidad multitudinaria. Según el pensador, el éxito del libro de Negri y Hardt denominado Multitud, “seguramente está relacionado con esta dirección, indicada no sin ambigüedad: salir del concepto de pueblo, en tanto que categoría que presupone y apunta a lo ‘uno’, reivindicando al mismo tiempo una fundación marxista de esta transición.” (LAZZARATO, 2006:17)

“Con las jornadas de Seattle se ha creado un nuevo campo de lo posible (no existía antes del acontecimiento, llegó con él). El acontecimiento da a ver lo que una época tiene de intolerable, pero también hace emerger nuevas posibilidades de vida. Esta nueva distribución de los posibles y de los deseos abre a su vez un proceso de experimentación y de creación. Hay que experimentar lo que implica la mutación de la subjetividad y crear los agenciamientos, dispositivos e instituciones que sean capaces de desplegar nuevas posibilidades de vida, recibiendo los valores que una nueva generación.” (LAZZARATO, 2006:36)

Mientras, en este texto, nos interesa pensar, junto con Lazzarato, que es posible salir de esta lógica binaria entre socialismo estatal totalitarista-universal o neoliberalismo generalizado del estado-capital financiero. Para comprender las relaciones de fuerza en la sociedad contemporánea y realizar un diagnóstico más próximo a la realidad de las luchas globales sería preciso invertir en un pensamiento-acción, a través de la filosofía-praxis, que nos pueda abrir un campo teórico más complejo fuera del universo de la totalidad y que nos permita “entrar en el mundo del pluralismo y de la singularidad, donde las conjunciones y las disyunciones entre las cosas son en cada momento contingentes, específicas y particulares y no remiten a ninguna esencia, sustancia o estructura profunda que las pudiesen fundar.” (LAZZARATO, 2006:19) Este pensamiento-acción nos permite comprender – experimentar – la realidad política actual a partir de las relaciones exteriores, fuera de los fundamentos, de las raíces profundas, de los modelos arborescentes en los cuales cada relación solo expresa uno de los aspectos de alguna cosa. Aquí una elección por la teoría pos-estructuralista de la multiplicidad, que distancia las relaciones binarias para la comprensión del mundo político, social y económico, nos colocan en un campo de pensamiento complejo y configurado en múltiples platós que se conectan transversalmente. Se refiere a un pensamiento de la inmanencia, a través de la cual podamos constituir una ontología pluralista formada por singularidades que componen las resistencias al imperio neoliberal del capitalismo financiero, que según Negri y Hardt podría ser llamado de procesos multitudinarios, construyendo un proyecto político de producción del común. Así como Lazzarato, Hardt y Negri nos señalan la resistencia en Seattle en año de 1999, como un primer indicio claro de esta nueva formación popular insurgente. Según los autores, lo que diferencia la multitud de pueblo (directamente relacionado al Estado-nación) o de masa (directamente relacionado al mercado) es que ella es un conjunto de singularidades que posee la potencia de la construcción del común, fuera de la lógica socialista y capitalista. Para ellos “cuando vos te tornás una singularidad, jamás será un yo integral. Las singularidades son definidas por medio de un ser múltiplo internamente y de un descubrirse a sí mismo externamente solo en relación a los otros.” (HARDT y NEGRI, 2014:57)

Sin un delineamiento preciso de estas insurgencias que forman grupos de singularidades ya no más basados en las identidades de clase, de genero, de raza, fuera de la lógica de los sindicatos y de los movimientos organizados, se amplía la posibilidad de diseñar con mayor claridad la nueva clase multitudinaria configurada en las resistencias al neoliberalismo. Estas insurgencias vienen expandiéndose y ganando las calles de todo el mundo, no necesariamente en países en crisis económica, pero también en Brasil en pleno proceso neo desarrollista. Hay una construcción en tiempos tácticos y estratégicos de resistencias mundiales contra el urbanismo neoliberal, que se configura performáticamente en las calles y en las redes, utilizando al mismo tiempo procesos destituyentes (vía acción directa, manifestaciones, acciones judiciales) y constituyentes (vía ocupas y acampadas, producción de cultura, arte, textos, videos, imágenes y nuevos modos de vida).

Hardt y Negri en un pequeño y precioso libro denominado Declaración, escrito después de la jornada de acampadas que ocurrieron por todo el mundo en 2011, dan continuidad al proyecto de mapeo de la multitud y nos ofrecen un sintético y potente análisis de los procesos revolucionarios resaltando que la estructura rizomática multitudinaria es colectiva y recusa toda forma de ordenamiento vertical, así como, el proceso biopolítico no se limita a la reproducción del capital con una nueva relación social, pero sí, presenta también el potencial de un proceso autónomo que podría destruir el capital y crear algo completamente nuevo. (HARDT y NEGRI, 2014)

Es interesante observar que desde 2011, los movimientos multitudinarios (en todo el mundo) ocupan plazas y calles, reforzando la lucha contra proyectos neoliberalizantes de privatización del espacio público y estos procesos de ocupas, a pesar de los cortos espacios de tiempo, surgen múltiples procesos constituyentes de otra sociedad que se puede organizar independiente de la lógica Estado-capital de la democracia representativa, formando nuevas redes afectivas y nuevas formas democráticas, nuevos modos de vida basados en la producción del común (en defensa de los bienes comunes y en procesos constituyentes de modos de organización en-común). Los campamentos son una gran fábrica para la producción de afectos sociales y democráticos, constituyéndose una plataforma para el desarrollo de nuevas formas políticas en las cuales el autodidactismo pueda ser organizado como un ejemplo de acceso libre al común, incluyendo informaciones, conocimientos, libre de obstáculos financieros y también de obstáculos provenientes de dogmatismo y de la censura. De esta forma, la producción del conocimiento se torna un común por excelencia. Para los autores, tornarse común es una actividad continua, orientada por la razón, voluntad y deseo de la multitud, que debe pasar por una educación de su conocimiento, por la creatividad, por los afectos políticos innovadores, para que las decisiones sobre el común sean tomadas por medio de la participación-decisión democrática, y no por medio de representantes electos. (HARDT y NEGRI, 2014)

Junto con estos movimientos insurgentes globales, la ocupación masiva de las calles en Brasil en junio de 2013 formó parte de un proceso mundial de resistencia al neoliberalismo, que se destacó con mucha evidencia en los procesos de construcción de grandes obras para el Mundial de Fútbol. Comprender que este nuevo movimiento forma parte de un proceso global es fundamental para entender tanto los procesos destituyentes como los constituyentes están siendo realizados en el país desde junio de 2013. Esto también amplia la discusión para fuera de la simple lógica nacional envolviendo partidos políticos definidos y gobernantes específicos. Percibir que en Brasil, tanto los arquitectos y urbanistas, como los políticos de izquierda contribuyeron y contribuyen para la realización de las alianzas político-privadas y para privatización de los bienes comunes, nos ayuda a entender las revueltas locales.

En esos movimientos multitudinarios globales, la política es una ontología plural: el pluralismo de las luchas, que emergen de las tradiciones divergentes y expresan objetivos diferentes, se combina con la lógica cooperativa y federativa de la asamblea para crear un modelo de democracia constituyente, en donde esas diferencias sen capaces de interactuar y conectarse unas con las otras, formando una composición compartida. Esta pluralidad de movimientos contra el capital global, contra la dictadura de las finanzas, contra los biopoderes que destruyen el planeta, surgen en busca del acceso libre y compartido del común y de su autogestión; discutir, aprender, enseñar, estudiar, comunicarse y participar de las acciones: esas son algunas de las formas de activismo, constituyendo el eje central de la producción de subjetividad en una ontología plural de la política que es colocada en práctica por medio del encuentro y de la composición de subjetividades militantes. (HARDT y NEGRI, 2014)

Es en el territorio metropolitano que estas luchas multitudinarias generan una consistencia plural, singular y colectiva, y de forma espacial, ganando visibilidad y forzando al Estado a repensar las formas burocráticas y poco participativas que vienen imperando en la construcción de los planos vía alianzas público-privadas. Es decir, la producción del común es lo que ya sucede en el trabajo biopolítico inmaterial de lo cotidiano, la metrópolis es donde esta biopotencia activa de la multitud gana intensidad y dimensión, y es por eso que, la constitución del común en los procesos insurgentes contra el Estado-capital hacen crecer nuevas formas de vida que se tornan deseo de una amplia gama de jóvenes y minorías hasta entonces excluidas de los procesos democráticos, tanto en Brasil como en el mundo.

En medio de este caldo biopolítico de la multitud, vemos también el cruzamiento de grupos y sujetos antes aislados y marginales a los procesos de las luchas urbanas organizadas, como: pixadores, funkeiros, raperos, prostitutas, pop de la calle, skaters, vendedores ambulantes, estudiantes. Esa mezcla loca, hibrida, biopolítica, también viene asumiendo formas inusuales, que huyen del simple acto de marchar en filas en las calles guiados por los autos de sonido de los sindicatos y partidos, pero se envuelven cada vez más en una estrategia táctica afectiva generando heterotopías a través de fiestas, carnavales, actos artísticos, intervenciones en las redes de forma ubicua, haciendo cruzar el espacio topológico de las redes con el espacio físico de las calles. También surgen nuevas formas de construcción de nuevas subjetividades políticas que pasan por las asambleas populares en plazas y parques, u ocupas que van ocupar tanto el espacio publico (del Estado) como el espacio privado (del mercado) a través de acciones directas de diversas ordenes, generando situaciones territoriales autónomas (temporarias o no). Pero no es solamente a través de actos cortos y de instantes de luchas que se ve crecer las resistencias positivas, diversas acciones que envuelven el aparato judicial y político oficial están siendo construidas cotidianamente y surgen de las conexiones multitudinarias redes-calles. Actitudes antidemocráticas envolviendo la expropiación del común, que hasta 2013 eran decisiones políticas tomadas solamente por el Poder Público, ahora vienen siendo sistemáticamente denunciadas ante Ministerio Público. Mecanismos de participación popular hasta entonces abandonados por la sociedad de manera general como los espacios de las Cámaras del Legislativo, han sido diariamente ocupadas por movimientos sociales que traen debates fundamentales para la construcción de la ciudad, envolviendo principalmente el asunto de transporte público vía movimiento Tarifa Zero, o la reforma urbana y la lucha por la vivienda vía movimientos organizados y en expansión como MLB, Brigadas Populares, grupos de investigación de las universidades y activistas de diversos sectores. Este conjunto destituyente de los poderes tradicionales se suman al conjunto de acciones constituyentes que vienen tomando forma y dimensión como es el caso de la ocupación cultural Espaço Comum Luiz Estrela, que ha sido referencia para diversos grupos minoritarios desde locos a feministas, desde sin techo a pop de la calle, desde estudiantes a artistas. (RENA y BERQUÓ, 2014)

La multitud, en defensa del común, performa nuevos modos de vida y cuestiona, con énfasis poético y político, la propiedad privada. Se sabe que las formas de representación están en crisis, pero es la democracia gestionada por el Estado-capital quién más sufre con la radicalidad de las nuevas luchas, porque es en ella que se esconden todas las redes de perversidades del poder instituido (gobiernos con sus legislativos, ejecutivos y judiciales, mercados, medios de comunicación, iglesias, sindicatos, etc.). La propiedad privada es la forma más evidente de la democracia burguesa y fue creada para garantizar la eternidad de las elites en el poder. Lo que se explota es la vida, la vida de los pobres, que somos en tiempos pos-modernos todos nosotros, los precarizados. Sucede que es en los procesos colaborativos en red que esta nueva clase precaria avanza insurgente, exigiendo democracia real y la construcción del común urbano, libre del Estado y del mercado.

Desde Seattle pasando por la crisis económica de 2008 en los EUA y en Europa, vivimos una creciente revuelta global conectada contra los procesos de expropiación del común en diversos niveles en todo el mundo. Desde Parque Gezi en Estambul, pasando por la revuelta en Gamonal en España, por el Movimiento Fica Ficus en Belo Horizonte, por el Parque Cocó en Fortaleza o por el Parque Augusta en São Paulo, vemos surgir una multitud de singularidades y grupos artísticos, de activistas, habitantes locales y vecinos, pop de la calle y comerciantes interesados en recuperar el debate político sobre la ciudad y la construcción del ambiente que pertenece a sus vidas cotidianas. La democracia representativa ya no representa más al ciudadano común y viene dejando de lado los intereses de todos para garantizar el interés del mercado que financia al Estado y sus campañas políticas que garantizan la permanencia de grupos en el poder. Dicho esto, la sociedad se revela. El espíritu de la multitud que encara al Imperio de frente y exige democracia real y, en muchos casos, el derecho de tener sus bienes comunes administrados autónomamente, forma parte de estas nuevas organizaciones activistas que traen la frescura de la colección subjetiva de las diferencias y la pauta ampliada de las luchas.

Sería también interesante notar que estos movimientos son horizontales, sin lideranzas definidas y poseen una dinámica de articulación, que por ser rizomática, es imposible de cooptar. Vemos al Estado-capital con la intención desesperada de aproximarse a estos movimientos para capturar su dinámica que se recusa a pertenecer a la lógica del aparato de Estado, pues son máquinas de guerra configuradas por jaurías híbridas. La autonomía y la autogestión es todo lo que el Estado-capital no puede soportar.

La construcción de la subjetivad de mecanismos oficiales del poder imperial (grandes medios de comunicación) ya no convence más a la sociedad con tanta facilidad, y asistimos a una ampliación de los campos de lucha por la construcción del común, sea en las calles, sea en las redes. No se trata solamente del territorio verde de los parques y plazas, pero también de la exigencia de función social para la propiedad y el derecho de ir y venir vía tarifa cero en los transportes, derecho de vivir. Se puede detectar esa demanda en los movimientos pro vivienda; la fuerza política de los movimientos por la movilidad; la fuerza estética y afectiva de los movimientos de ocupas culturales. Sabemos que este es un movimiento mucho mayor que posee relaciones con el fin del esplendor del capitalismo neoliberal y apostamos a la llegada de un nuevo mundo biopotente.

Fuera de la lógica de los movimientos viciados de la izquierda clásica, que cree en la idea unitaria de pueblo, y fuera de la lógica del mercado, que solo piensa en los ciudadanos como masa, la multitud es plural y actúa en el trabajo vivo e inmaterial producido en red colectiva y creativamente. Por esto, detener la fuerza motriz que mueve estos movimientos no va a ser tarea fácil para el Estado-capital, ya que lo que los mueve es el amor y el afecto y el proprio sentido activo de la vida.

4. ¿ QUÉ PUEDE EL ARTE EN TIEMPOS DE CAPITALISMO COGNITIVO?

“La metrópolis es para multitud lo que la fabrica era para la clase obrera industrial.” (HARDT y NEGRI, 2009)

¿Qué puede el arte en este contexto de la metrópolis biopolítica?

¿No sería la producción estética una acción fundamental en las disputas por las subjetividades en tiempos pos-modernos? ¿Este arte multitudinario podría actuar como productor de espacios heterotópicos biopotentes en la destitución de procesos de gentrificación urbanística neoliberal?

¿Sería posible hablar de un arte multitudinario trabajado vía procesos creativos, colaborativos y horizontales actuando en la constitución del común contra la práctica propia del capitalismo pos-fordista también llamado de Imperio? ¿Arte que transite junto con los procesos de resistencia a los avances del capitalismo financiero?

¿Podríamos imaginar una producción biopotente, fuera de la lógica del sistema del arte como riqueza de la vida que excede, transborda y se torna también proceso constituyente de producción del común? ¿Hacer arte de forma autónoma, desvinculada del Estado-capital y de las instituciones tradicionales de arte? ¿Arte que estimule la libertad de pensamiento y que esté envuelto con la idea de la creación de nuevas formas de vida? ¿Nuevas formas de circulación, producción y relación entre el arte y la vida? ¿Un arte que críe conexiones e introduzca cada vez más personas en los procesos de creación? ¿Un arte menos autoral y más colectivo y copyleft? ¿Arte como agenciador de procesos creativos, colaborativos y horizontales de la multitud que se constituye contra la expropiación del común?

¿Sería posible inventar un arte que estimule el afecto, la creatividad y la sensibilidad? ¿Un arte que produzca verdaderos espacios heterotópicos? ¿Un arte de encuentro y de fiesta?

¿No sería necesario para las luchas una producción estética como acción fundamental en la disputa por las subjetividades? ¿Cómo el arte puede potencializar un discurso y una acción política sin naturalizar las luchas y estetizarlas?

AGRADECIMIENTOS A la UFMG, a FAPEMIG, al MINC/CNPQ y a todos los investigadores y militantes que contribuyen para la construcción de un mundo más igualitario, libre y justo.

Referencias FOUCAULT, M. O corpo utópico, as heterotopias. São Paulo, Editora n-1, 2013.

HARDT, M. e NEGRI, A. Império. Rio de Janeiro: Record, 2001.

HARDT, M.; NEGRI, A. Multidão. Rio de Janeiro: Record, 2005.

HARDT, M., NEGRI, T; Commonwealth. El proyecto de una revolución del común. Madrid: Akai, 2009.

HARDT, M.; NEGRI, A. Declaração. Isto não é um manifesto. São Paulo, Editora n-1, 2014.

HARVEY, D. O neoliberalismo. História e implicações. São Paulo: Edições Loyola, 2012.

LAZZARATO, M. Signos, máquinas, subjetividades. São Paulo, Editora n-1, 2014.

LAZZARATO, M. Por una política menor. Acontecimiento y política en las sociedades de control. Madrid: Traficantes de sueños. 2006.

NEGRI, Antonio. “Para uma definição ontológica da multidão” in: DIAS, B. e NEVES, J. (org.). A política dos muitos. Povo, Classes e Multidão. Lisboa, Tinta da China, 2010.

PELBART, P. P. Vida capital. Ensaios de biopolítica. Ed. Iluminuras: São Paulo. 2003.

RENA, Natacha; BERQUÓ, Paula. “As Ocupações culturais em BH: biopotência estética e performativa da multidão” in: Amanhã vai ser maior. CAVA, Bruno; COCCO, Giuseppe. São Paulo: Annablume, 2014.

[1] Brasil mayor en el sentido de que es un país que hoy es la séptima economía del mundo y se opone a los devenires minoritarios para desarrollarse.

[2] Estatuto de la Ciudad – Ley 10.257/00 establece directrizes generales de la política urbana.

[3] Operación Urbana Consorciada es una especie de Alianza Público Privada que consiste en un conjunto de intervenciones e medidas coordinadas por el Poder Publico con objetivo de alcanzar en una determinada área transformaciones urbanísticas estructurales.

[4] Es importante observar que no es solamente en el universo de la planificación urbana y de los grandes proyectos en las metrópolis que el neoliberalismo domina las políticas publicas, además de esto, estas políticas neoliberales ocuparon, en Brasil, el Ministerio de Cultura, por ejemplo. No solamente con las políticas de las leyes de incentivo a la cultura, que parten del principio de que el mercado decide lo que va a ser financiado y producido culturalmente en el país, pero también, creando políticas culturales que entienden la ciudad como empresa e la producción cultural que ocurre en ella como mercaduría a través de la lógica de las ciudades creativas y de la economía creativa.

[5] Ver dos documentales sobre este tema: 1)“Se acabó la fiesta”, es un documental que reflexiona sobre la arquitectura realizada en los últimos 20 años en España: http://www.rtve.es/alacarta/videos/archivos-tema/archivos-tema-se-acabo-fiesta/1269406/ y 2) “Españistan”: https://www.youtube.com/watch?v=UJ8-dJ5WCo4